Llegó el día, por fin se ha publicado “Cowboys de
la A3”, el segundo y esperado trabajo de la banda cartagenera Arde Bogotá,
formada por Antonio García (voz y guitarra), Dani Sánchez (guitarra),
Pepe Esteban (bajo) y José Ángel Mercader (batería y percusión).
Si estás leyendo esto me alegro enormemente porque significa que tienes algo especial. Si te gusta un grupo como Arde Bogotá querrá decir que no te conformas con lo que te ponen en las radios, que buscas algo más y que has puesto un extra de tu parte para escucharles y conocerles, y eso, amigo lector, dice mucho y bueno de ti.
Tal vez no sea del todo objetivo cuando digo que hacía mucho, mucho tiempo que no esperaba la publicación de un disco con tanta ilusión, al unirme con ellos cierto carácter de pertenencia; ese arraigo y ese orgullo que sientes al contemplar cómo una banda de tu tierra, a la que has visto nacer, tomar el biberón y dar sus primeros pasos, no sólo ha echado a andar, sino que, además ha empezado a volar y no atisbas, ni de lejos, los límites de hasta dónde son capaces de llegar.
Os estoy escribiendo esto desde la emoción mientras escucho en bucle el trabajo. Una poderosa, preciosa y variada colección de temas que nos invita a compartir con ellos un viaje, sobre todo emocional, a lo largo de doce canciones, doce historias que nacieron en esa furgoneta que les llevó a cabalgar por la A3 durante los 86 conciertos de presentación de su anterior trabajo “La Noche” y que tratan, no sólo de las anécdotas y vivencias durante esas aventuras, sino de los lugares a los que viajaban sus cabezas mientras iban en esa furgoneta; esas discusiones, esos problemas por resolver o las miles de emociones que pueden recorrer las cabezas de unos chavales a los que les está cambiando la vida haciendo lo que les gusta, formar parte de una banda de rock.
He dicho una banda de rock y lo digo sin titubear. Por si alguien tenía alguna duda de dónde encasillarlos, Arde Bogotá han querido con este segundo trabajo dar un paso adelante en su sonido, le han subido decibelios al ampli y se han sacado de encima cualquier corsé que pudieran llevar. Han madurado en la composición, en la determinación a la hora de plasmar los temas en el estudio y en la variedad instrumentística y musical que han utilizado, añadiendo nuevos registros y matices que iremos desgranando a continuación tema por tema.
El viaje comienza con “Los Perros” que además de abrir el disco, fue el elegido como primer single. Un tema enérgico que nos muestra los derroteros por los que se va a desenvolver el resto del disco y sirve como carta de presentación de la bestialidad que nos espera por delante. La peculiar voz grave, casi de ultratumba, de Antonio abre el disco con esta canción acompañada de una base de bajo más marcada que predominará durante todo el trabajo, unos riffs que te romperán la cabeza y frases épicas como “Valor, amor y cicatriz” que, desde ya, pasarán a formar parte importante de la historia de la banda y de la música en este país. Ya me estoy imaginando cómo sonará esto en directo y no puedo esperar más.
“Nuestros Pecados” es un medio tiempo con toques canallas en el que han querido jugar con sonidos que se acercan a la música disco de los 70 en el puente de la canción y que sube la intensidad en el estribillo, para dar paso a un breve solo de guitarra que tiene un sonido que ya podríamos decir que es característico de la banda y con el que acaba la canción.
El siguiente corte con el que nos encontramos es “Qué Vida tan Dura”, tercer single del disco y con el que de nuevo aumenta el ritmo del metrónomo. El estribillo se repite hasta la saciedad y cuando te quieras dar cuenta no te lo podrás sacar de la cabeza ni de saltar donde quiera que te encuentres.
“Clávame tus Palabras” es un ejemplo del paso adelante en el sonido de la banda a la hora de recrudecerse y endurecerse, un riff potente y un estribillo enérgico hacen de este un tema compacto que suena definitivamente bien. Rock sin tapujos que me ha encantado y me ha alegrado escuchar.
Llega una de las joyas de la corona y la canción que da título al disco. “Cowboys de la A3” es una delicia de principio a fin. Me encantan las canciones que comienzan con guitarra acústica y van añadiendo instrumentos e intensidad según avanzan y este es un precioso ejemplo de ello. Una letra excelsa y una musicalidad que me encantó desde el primer momento que la escuché. Es una de mis preferidas, no sólo de este disco, sino de mi vida.
“Copilotos” abarca un registro que no les
había escuchado hasta ahora. No han tenido miedo de dar un paso atrás, de bajar
las revoluciones, de desnudar la canción, de dejarla a penas con una guitarra
acústica, una voz y algún arreglo de fondo para hacer que suene grandilocuente.
Porque es verdad eso que dicen de que menos es más. Un acierto de principio a
fin.
Con “Veneno” dan otra vuelta a su capacidad compositiva. En un principio vuelven a subir el volumen y nos golpean con un tema hardrockero que nos rebotará en el cerebro. Un tema algo más oscuro y pesado, con matices hacia el final de la canción de sonidos latinos, cercanos a Carlos Santana y que nos muestran la madurez que están adquiriendo.
El siguiente tema es “Escorpio y Sagitario” un medio tiempo enérgico, cortito y sublime, lleno de desamor, rabia y reproches que también promete sonar de maravilla en los directos.
Nos vamos acercando a la parte final del disco y llega “Besos y Animales” en el que de nuevo nos sorprenden porque parece que baja la intensidad y experimentan con sonidos algo más oscuros pero es sólo la antesala de un trampolín que impulsa al tema para arrancar de nuevo con un pelotazo enérgico que nos volará los sesos.
Hay que descansar de tantas guitarras y para eso está “Flor de la Mancha” ubicada en esta posición del disco. Una vuelta a la calma para tomar algo de aire. Otra parada en el viaje. Otra historia bien contada, acompañada de un hilo musical no exento de energía, que hará las delicias de los más exigentes.
Casi estamos llegando al final y si antes nos parábamos a tomar aire, ahora lo vamos a perder cantando y saltando este “Todos Mis Amigos Están Tristes”. Un auténtico misil. Una canción de liberación que nos invita a luchar contra esos demonios que llevamos dentro y sacarlos afuera.
Se acaba el viaje y se cierra el círculo con “La Salvación”. Y la salvación no es más que ese lugar, tanto emocional como físico, en el que te sientes reconfortado. La salvación es buscar la felicidad en los pequeños detalles; un beso, un abrazo, una caricia, o simplemente cerrar los ojos y respirar profundo sabiendo que estás en casa rodeado de los tuyos. Un bonito y escalofriante final para este maravilloso viaje que no querremos dejar de repetir una y otra vez.
2. Nuestros pecados
3. Escorpio y sagitario
4. Clávame tus palabras
5. Cowboys de la A3
6. Copilotos
7. Veneno
8. Flor de la mancha
9. Besos y animales
10. Qué vida tan dura
11. Todos mis amigos están tristes
12. La salvación
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